Atasco en la ciudad (medieval)

Atasco en la ciudad (medieval)
El murciélago de Barcelona

Prohibido el tránsito de carros y Salida de caballos.

Carros, carretas y caballos

¿Os imagináis un atasco de carretas?

En la Barcelona del siglo XVIII y XIX era una ciudad cerrada, con murallas, con calles estrechas, sin asfaltar, con barro, aguas estancadas, con caballos que transitaban por ellas, que defecaban, perros, ratas, la gente sacudía la ropa y tiraba sus excrementos y restos en la calle. (Ver EspolsaSacs o Merdissaire (próximamente)).

 Y Sin apenas ventilación, escaseaba el aire fresco. ¿Os imagináis el olor que hacía la ciudad?

Se decía que los viajeros sabían que habían llegado a Barcelona, por su olor. Que según la dirección e intensidad del viento, podía llegar a varios quilómetros de distancia.

Incluso con los ahorcados de la Plaza del Rey que se dejaba pudrir los cuerpos para escarmiento.

En otras palabras ¿Os extrañáis que la principal causa de mortalidad de Barcelona eran las epidemias?

En 1906 fue la última epidemia de cólera, con muertos en la ciudad.

Hasta mediados del siglo XIX fueron constantes las diferentes pandemias que azotaron la ciudad, tifus, peste, cólera, hasta que tiraron las murallas, abrieron la ciudad y entró el sol y el aire, algo tan fundamental en la vida moderna, y la ciudad pudo crecer y expandirse.

Han habido después brotes muy puntuales de cólera y la mal llamada gripe española de 1918, que azotó toda Europa.

Una pandemia precursora del Covid Sars 2 que estamos sufriendo este año.

En la Edad Media, había personas que recorrían la ciudad y sus respectivas parroquias, en la que estaba basada en aquella época la ciudad y su censo (matrimonios, muertes y nacimientos básicamente), anotando y preguntando los muertos que había durante las epidemias.

La ciudad estaba bastante acostumbrada por desgracia a este tipo de situaciones, y la persona que hacía este trabajo era llamado CERCADOR (buscador).

Fijaros que encima del escudo, aparece la corona y el  murciélago, desaparecido a principios del siglo XX.

En todo el casco antiguo de la ciudad aparecen estas losetas. Gracias al ayuntamiento por conservarlas.

Y yo me pregunto: ¿Cómo multarían a los infractores en ir en dirección contraria a la señal?  ¿quién controlaba eso? y  ¿el importe?. En esa época no había cámaras que lo controlaban todo.

 

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