Barcelona Siglo XX III (en el siglo XXI)
Que quede bien claro; si pongo S XX y no S XXI es por que la mentalidad de los dirigentes de aquí es aún del siglo pasado. Tienen una mentalidad cerrada y obsoleta que sólo saben poner palos a las ruedas del carro (no del coche, que sería aún más moderno).
La sociedad siempre va más adelantada que los políticos, eso ha sido siempre. Pero es que ahora se quedan rezagados pero por mucho. No saben poner soluciones a los problemas.
Si quieren bajar la contaminación de la ciudad, ayuda a la no circulación de los vehículos para aparcar. Pon aparcamiento, por que si yo tardo una hora en aparcar, gracias a tus nefastas decisiones y a tu mentalidad obsoleta y retrasada, es una hora que quemo combustible, que si me facilitases el poder aparcar y tardase 5 minutos, todo eso que ganaríamos.
La situación de Horta y el aparcamiento aquí, en el próximo post lo voy a abordar y a explicar.
Aquí quiero explicar la situación que me he encontrado en los mercados de la ciudad.
No sé si váis al mercado a comprar. En Barcelona hay una red muy extensa de más de 40 mercados, repartidos por toda la ciudad.
La mayoría de ellos son pequeñitos y abastecen a un barrio. Muchos de ellos se hicieron a principios del siglo XX y otros durante los años posteriores.
He vivido muchos años en El Carmel, y las escuelas que hay en el barrio están apoyando e intentando que el Mercado del Carmel de la calle Llobregós tire para adelante.
La verdad es que el caso de este mercado es muy malo. Hay un reportaje fotográfico del mercado en este blog hablando de ello. Pincha aquí y lo leerás.
Es muy interesante releer mi propio post. El Mercado del Carmelo desaparecerá en unos pocos años, me reafirmo.
Así que imaginaros durante y después de la pandemia. Muchos mercados, sobre todo de fuera de la ciudad, quedaron reforzados, pero los de la ciudad, muchos de ellos están heridos de muerte.
Así que cuando fui a hacer el reportaje a la Rambla y a La Boquería este 2021 decidí hacerlo en muchos mercados más. Esa era mi intención. Apoyar y difundir, sin malos royos, sin historias, sólo mi cámara y yo. Pero por lo que se ve no se puede hacer.
Al día siguiente fui al remodelado mercado de la Llibertad en Gràcia. Yo nací en ese barrio y vivi en él hasta los 16 años. O sea que lo conozco y quiero. Quería ver, como un mercado Modernista, se había arreglado y quería hablar de él.
Hice una foto a unas manzanas o unos tomates o no sé qué, de una parada. Y la dueña me dijo que no podía hacerlo. Si había pedido la autorización. Y tuvimos una charla entretenida de cómo son las cosas. Total prohibido hacer fotos. Si me ve el de seguridad me echará del recinto, como si fuera un vulgar malandrín.
Y la realidad es mucho más dura de lo que tendría que ser. Un mercado modernista, remodelado, que ha costado 9 millones de euros, pagados parte por mí, en un edificio que está incluido y «protegit pel Catàleg del Patrimoni Arquitectònic HistòricArtístic de la Ciutat de Barcelona. És original de 1888, obra de lʼarquitecte Miquel Pasqual i Tintoré, amb forjats del deixeble dʼAntoni Gaudí, Francesc Berenguer i Mestres», según reza el dossier de prensa del ayuntamiento. Pinchad aquí y veréis que no miento.
Un edifico que es de libre acceso, pagado con mis impuestos, con mi dinero y que no puedo hacer fotos. Lo curioso es que en la entrada no te dice nada de esta prohibición, como tendría que ser y haber el logo.
Supongo que no lo ponen por los cuatro turistas que pueden entrar, ya que es una zona muy concurrida por ellos. Pero para unos sí y otros no, la verdad es que no es muy democrático ni sano.
Pero a las doce del mediodía vacío. Casi vacío. Muchas paradas cerradas y sin vender nada. Me parece muy bien. Actitud els Siglo XX que les llevará a desaparecer en unos años. No saben atraer a la juventud.
Está totalmente prohibido hacer fotos en los mercados de Barcelona sin autorización expresa del Ayuntamiento. Has de indicar el día y el por qué quieres hacer fotos. No me quedó claro si también te cobran por hacerlo. Con fines comerciales o documentales o similares hay una tarifa establecida, para un blog como el mío… no sé.
Así que aparte de esta foto que es exterior y absolutamente nadie me puede decir si puedo hacer o no, jamás volveré a hacer una sola foto a ningún mercado, salvo el de la Boquería, que si pasa la voz de que no se puede fotografiar, perdería mucho turismo y visitas. Jamás voy donde no me quieren.
El precio va desde 131 euros hasta 473 para videos, promociones o publicidad. Pincha aquí para acceder y verlo y leerlo.
Yo a este ayuntamiento le podría pedir permiso. Pero pienso. Soy ciudadano de Barcelona, resiente y registrado aquí, con mis hijos, mis padres, mi familia. Los mercados se han pagado con mis impuestos, se han remodelado con mis impuestos. Son y pertenecen a la ciudad. ¿Con qué derecho el ayuntamiento se apodera de unos derechos que tendrían que ser intrínsecos a mi ciudadanía?
La entrada ampliada. Prohibido perros. Prohiobido fumar… pero no pone nada de cámaras fotográficas. No pone nada de hacer fotos. Se supone que si vas profesionalmente vas con tus focos, tus tripodes, tus no se qué y tus no sé cuantos. Es otra cosa. Pero ¿un simple aficionado?
Os merecéis lo que os pase y ojalá todo sean cosas buienas, pero con esta mentalidad de viejo, al final acabaréis muriendo, como nos murimos todos al final por edad. No sabéis atraer a la juventud, y si os echamos un cable, no queréis.
Crónica de una muerte anunciada: Mercados de Barcelona si no cambian las cosas… Y todo por querer hacer un aparcamiento subterráneopara cobrar, claro.
La cara de vergüenza se les tendría que poner a todos por cobrar 50 centimos para ir al servicio. Y ojo no es el único, casi todos los mercados municipales (que son del municipio y públicos lo están haciendo)
¿Os extrañáis que la gente de la espalda a los Mercados? Solo los yayus van a comprar a ellos, por que son reminiscencias del siglo XX y no han sabido adaptar con espacios multivisuales atractivos para los jóvenes del siglo XXI.
¿Pero qué pasará cuando estos yayus ya no vayan a comprar? Me niego a financiar con mis impuestos estas cargas de edificios inútiles en los que los están convirtiendo para el futuro.
Barcelona Siglo XX III