Confirmado: no se puede
Siempre he creído que las cosas pasan por algo, incluso las malas. Hoy por primera vez en 30 años no he tenido ningún vehículo.
Coche y moto averiados a la vez. Increíble. Por eso llevo dos días seguidos viajando en autobús. Creo que ha sido el divino, sino jamás en la vida me hubiera enterado del malrollo de los autobuses.
Hoy he cogido el H6 súper grande, articulado, que lleva las máquinas en el medio y la gente puede subir por allí, y he hecho el trasbordo al V21, un autobús normal de 3 puertas que sólo se entra por la delantera.
Había una pareja de abuelos que llevaban a su nieta en el carrito. A las 2 de la tarde. En ese trayecto el autobús lleno completamente.
La abuela ha tomado en brazo a la criatura y alguien muy amablemente le cedió el sitio, pero el abuelo se quedó al principio con el carrito. No podía pasar.
No pude callarme, le pregunté a la señora por qué no había entrado por la puerta del medio y me contestó que no se podía. Que sólo en los autobuses articulados.
Me quedé perplejo. Indignado y sorprendido. Si la señora hubiera viajado sola, qué hubiera hecho.
Un ayuntamiento que dice que lo primero son las personas, que primero la salud, que nos está a todos fastidiando con ello, se olvida de los quehaceres más elementales y básicos de convivencia.
Facilitar la entrada a los carritos de bebés en el transporte público. Es indignante cómo ha cambiado la cosa.
Todo por el puñetero precio de un viaje que se puede perder, ya que si va muy lleno a lo mejor no puede acceder al validador de transporte.
Muy triste reitero.
Así que al final febrero ha sido el mes dedicado al transporte en el blog. Y yo no pretendía eso, pero ha salido así. Bienvenido sea.
Llevo un mes muy criticón y pocas fotos, os prometo que marzo cambiará completamente.