Matar la Magia
Cada ciudad tiene lo que se merece, pero nosotros no nos merecemos perder partes de nuestra historia. Una historia mágica, de ilusión de batallas, de visctorias y de derrotas.
No hace falta mucha cosa, no hace falta edificios inmensos ni mucha riqueza y desparpajo de materiales. A veces, una simple puerta, de madera, sencilla, tiene mucho que explicar.
Cuantas veces habremos imagionado que abríamos esa puerta y veíamos a un caballero templario a lomos de su corcel. Cuanta imaginación en querer saber un poquito más de nuestra historia, de nuestra denostada historia.
Cada vez creemos menos en ella, está más olvidada y encima la maltratamos. Yo no entiendo qué ha podido pasar, si alguien sabe que ha pasado. Una puerta, que no molestaba, no hacía daño a nadie, no había especulación inmobiliaria. Una puerta que no llevaba a ninguna parte. Que milagrosamente ha resistido el paso de los siglos, que milagrosamente se ha mantenido ahí, como uno de los pocos vestigios de los templarios y de una historia increíble que vivió la ciudad.
Qué les vamos a explicar a nuestros hijos. Qué legado les vamos a dejar, que no sabemos ni conservar una puertas con miles de historias no contadas que ya nunca nadie se interesará por contarlas. Barcelona ha perdido un poco de su magia. Han matado un poquito de su ser, de su leyenda.
Cómo son las ciudades que se emprobrecen de su cultura, que la matan, que la dilapidan, que la tapian. Creo que había unos okupas fantasmas y por que no pagaban sus impuestos la han tapiado.
Qué tristeza no saber conservar nuestro patrimonio, nuestra riqueza cultural. Qué mal ha hecho una puerta que nos llevaba a muchos de nosotros a mundos fantásticos. Ya nunca será lo mismo.
Gracias Esther por informarme lo de la puerta, y si alguien sabe el porqué, por favor decídmelo, a ver si logro entenderlo, por que mi imaginación no llega a tanto.
Matar la Magia